Disminuye la capacidad de atención y concentración. El uso de cannabis y otras drogas afecta directamente las funciones cognitivas, especialmente la capacidad de mantener la concentración en tareas académicas, reduciendo la eficacia en el aprendizaje y la participación en clase.
Alteraciones del comportamiento en el aula. El consumo de estas sustancias puede provocar comportamientos disruptivos o un retiro social, alterando el ambiente de aprendizaje y dificultando la interacción y cooperación con compañeros y maestros.
Falta de disciplina escolar. Los jóvenes que consumen drogas tienden a mostrar menos interés y respeto por las reglas escolares, lo que puede llevar a una mayor incidencia de conflictos, sanciones y hasta la exclusión de actividades.
Deterioro de las relaciones interpersonales. El deterioro en la comunicación y en la capacidad para mantener relaciones saludables es común, afectando no solo el ambiente educativo sino también el desarrollo social del estudiante.
Daño en el desarrollo de habilidades cognitivas. El cannabis y otras drogas pueden causar daños a largo plazo en áreas del cerebro involucradas en la memoria, el aprendizaje y el juicio crítico, limitando el potencial académico y las oportunidades futuras de los adolescentes.